 ¿Qué era eso que salía por tus labios cuando me hablabas? No lo sabía, ni lo entendía. Siempre te habías presentado ante todos como una persona honesta, más aún, que eras capaz de decirnos a todos lo que no queríamos escuchar. Me gustó tu valor, me agradó el que fueras distinto, el que no fueras masa, si no uno. Fue difícil para mí el ser capaz de salir de mi coraza y mostrarme ante ti como era realmente, con mis millones de defectos y mis humildes virtudes, que aunque no se compararan cuantitativamente con mis imperfecciones al menos en calidad sabía que ganaban. Todo fue muy dulce, tanto que temí por un momento volverme el personaje de una novela romanticona y sosa. Pero dime, ¿por qué escucho eso ahora? No es que no quiera oírte, pero, ¿por qué utilizas tus suaves labios para enterrarme tus ofensas como espinas? Porque para mí eran insultos, eran heridas, eran pedazos de vidrio incrustandose en mi piel. Necesito saberlo, óyeme bien, ¿qué era eso entonces? Escúpelo de una vez, ¿era una red de ilusiones brillantes, quizás una canción de idioma indescifrable? Me gustaría saber dónde quedó tu valor, tu honestidad, ¿será porque nuevamente otra se ha interpuesto en tu camino? Seguro esa es la respuesta, de hecho puedo aseverarlo sin miedo a equivocarme... Todos son así, siempre han sido así, por eso, te repito... ¿Qué era eso, entonces?... Para mí todo lo que eras era droga, mi propia adicción, mi propio corazón. Etiquetas: no-publicados, original 0 comentario(s) / agrega un comentario. |
 |
Un ladito del ciber espacio para bonita literatura y otra no tan bonita pero hecha con cariño y esfuerzo.  |
0 comentarios:
Publicar un comentario
... Volver