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Carta a quien le quepa el zapato.;
miércoles, 18 de agosto de 2010,8/18/2010
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Estoy cansada de todo y todos. En realidad existen excepciones, ellas sabrán quienes son, pero numéricamente son la minoría, por lo que generalizaré.
¿Han sentido la urgente necesidad de cerrar la boca de alguien con una engrapadora? Pues a mí me pasa lo mismo, pero con el deseo de amarrar las manos de quien escribe. Las razones podrían ser innumerables, pero resumiré todo en una palabra: "soberbia".
Me tiene desesperada el tener que cuestionarme internamente si realmente lo que hago está bien o no, no soy una persona débil, por lo que pueden comenzar a sacar cuenta cuanta gente, y el qué, me tiene así.
Dudo mucho de si tales personas piensan en primero valerse como escritores para luego “ayudar a los demás”, como es que lo llaman ellos, ¿a qué me refiero con esto? A que si veo errores garrafales, no sólo de ortografía sino también de redacción, en tu texto no pensaré que tienes mucho en que basarte para criticar el mío. Podrán pensar que no tolero las críticas y opiniones (mensajes bomba diré yo), pero se equivocan y la gran prueba es que yo sí recurro a otras personas (sinceras, pero con tacto, y que saben de lo que hablan –en especial esto último-), la diferencia recae en que a quienes consulto tienen la objetividad (muchas veces materializada en la RAE) como argumento y es así como la crítica (algo tan importante para un artista) debe estar hecha, porque así no resulta ser una bomba para el que la reciba, al revés, terminará siendo una gran ayuda.
Ese fue, recién, el primer punto.
El segundo tema es el más grave, y esta vez hablo tomando palabra de mi noción como lectora. Siento que no debo hacer alusión a mi “trayectoria”, pero lo haré, porque a veces las cifras (para algunos idiotas) son más objetivas y creíbles... Llevo más de diez años metida en esto y me refiero a la consciencia y agrado del tema, porque de que entramos a la educación que estamos confinados a leer. Mi fascinación por la literatura me ha permitido internarme tan profundo que muchas veces siento que me ahogo en un vaso de agua. ¿Por qué? Ya que de leyendo el mar de ideas de Murakami paso casi instantáneamente a adentrarme en la melosa, superficial y, ridículamente, predecible vida de alguna protagonista perfecta física y mentalmente, la cual por algún absurdo asunto encontrará a un hijo de puta, que resultará no serlo tanto, o a un chico guapo y que tenga algún problema que tarde o temprano tendrá algo que ver con ella, ¿les parece conocido? Será porque un 98% de todos los fanfics y originales tienen un trama igual o parecida (el 2% del resto, se divide entre historias con un hombre como protagonista –y esa es la gran diferencia- y los textos realmente buenos, que lo digo con todas sus letras, son la minoría).
Ya me duelen los ojos de ver tanto copy-paste. Y era cosa de meterse en una de las tantas páginas de publicación (alúdase fictionpress, ff.es, entre otras), la cantidad de “originales” (que irónicamente no tienen nada de originalidad) que trataban sobre relaciones profesor-alumna era estratosférico, actualmente han disminuido (¡Aleluya!), pero la calidad de los textos sigue siendo mediocre. Me dirán que para ustedes escribir es para divertirse, para pasarla bien, que además no serán profesionales y, seguro, que no soy la poseedora de la verdad, mas les diré tres cosas:
Primera: Si vas a hacer algo, hazlo de forma decente, ocupa el cerebro. Segunda: Los lectores merecemos algo de respeto también. Tercero: Escribir es un arte, no insultes a los verdaderos maestros mostrando algo que no tiene siquiera una real razón de ser.
Tengo una última queja (al fin, dirán todos), y ésta va como el conjunto de lo que soy, escritora, lectora y amante del arte en general. Va dirigida específicamente a todos los “críticos literarios” (más bien a los que se intentan por pasar por estos connotados intelectuales). Existe gente que escribe bobadas –creo que eso todo mundo lo sabe- pero si este sujeto en cuestión, posee habilidad (dígase buen léxico, redacción, narración, entre otros) es porque el texto es sublime, y a causa de ello tú no fuiste capaz de entenderlo.
Sincérate “crítico”, tu capacidad intelectual es ínfima, tal y como la veracidad de tus palabras al intentar “ayuda” al prójimo.
Pueden tildarme de lo que deseen, eso sólo me hará reír, también pueden argüir que tengo errores de cualquier tipo, pero… ya los escupí, el resultado para mí será siempre el mismo, tener la satisfacción de haber destruido la errónea idea que tenían sobre si mismos, de un "buen escritor" (excelente embaucador e imitador) y un "crítico reconocido" (moralista ignorante).
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