|
Y continua...;
sábado, 13 de noviembre de 2010,11/13/2010
|
A pesar de que el cielo no tenga nubes grises y el sol te llegue en los pómulos de una manera suave y tierna... ¿continúas insistiendo en que está lloviendo?
—Continua lloviendo allí...—murmuras con la voz temblorosa, a causa de los sollozos.
Alzo la vista, pero no hay indicios que corroboren tus palabras. Lo único que realmente cae son tus lágrimas.
Hago una mueca y suspiro.
—¿Podrías dejar de mentirte? —Te inquiero con dureza.
Negaste con la cabeza, cerrando los ojos por unos segundos.
—No lo hago, puede que no sea aquí... pero ciertamente, en algún lugar continua lloviendo.
Meneo la cabeza, cansada de tus excusas.
—Deja de esconder la cabeza en la tierra o los problemas van a devorarte fácilmente— mascullé encuclillándome frente a ti.
—Si me mantengo quieta y callada... desapareceré —sonreíste al decirlo, lo que me dejó fría—, siempre ha sido así.
—¿Planeas desaparecer? —Te inquirí alzando un poco la voz.
Me miraste y tu sonrisa se hizo añicos, sólo quedó una mueca extraña y fea.
—Si lo haces nadie podrá verte, ni siquiera aquellas personas a las cuales amas, —te advertí— y ese amor hará lo mismo: desaparecer.
Giraste, me diste la espalda y te quedaste callada.
—Que así sea —susurraste— No puedo... no puedo pedir lo contrario, es lo que merezco.
—Tú eres la que quiere mantener esos grilletes —te aseguré.
Reíste un poco, pero aquel sonido se terminó convirtiendo en gemidos, producto de que evitabas seguir llorando.
—¿Crees que querría algo así? —replicaste con un hilo de voz.
—¿Por qué no te los quitas entonces? —inquirí sin ninguna emoción en la voz.
Te quedaste callada. El labio inferior te tiritó, como si quisieras hacer un puchero, pero lo controlaste al hablar.
—La llave sólo hace que se aflojen... que la sangre pueda pasar.
Solté un bufido y te jalé del cabello, haciendo que avanzaras hacia mí y chocara tu frente contra mi rodilla.
—Esa no es la llave entonces.
—Pero ella ya está muerta —replicaste en seguida, volteando el rostro hacia mí.
—Ella no lo está.
Ambas nos quedamos en silencio, perdiéndonos en la idéntica mirada de la otra. No teníamos la respuesta... por eso continua lloviendo.Etiquetas: no-publicados, original
4 comentario(s) / agrega un comentario.
◄◄
Home
►►
|